La cera
La cera la segregan las abejas a través de las glándulas cereras. Estas escamas producidas por las obreras jóvenes salen entre los anillos del abdomen. Con las patas posteriores la transportan hasta la mandíbula. Las obreras mastican la cera y la impregnan de saliva, polen y propóleo. Al ser más manejable la utilizan para construir los panales donde almacenan la miel y polen. Para producir 1kg de cera consumen entre 4 a 12 kg de miel.
Las características de la cera permite que sea manejable a temperatura ambiente, es impermeable. Por su maleabilidad permite que sea transformada facilmente dentro de la colmena para la construcción de los panales. La impermeabilidad les permite sellar zonas donde no quieren que entre el agua, como son los panales donde almacenan la miel.
Los apicultores recogemos los panales viejos y los reciclamos. Una vez se funde puede emplearse para la fabricación de nuevas láminas de cera. Las láminas las transforman las abejas en nuevos panales.
Es muy rica en antioxidantes y vitamina A, es beneficiosa para la salud de la piel. Hidrata la piel porque atrapa la humedad natural y crea una capa protectora que la protege de los daños externos. También suaviza las cicatrices y las estrías por sus propiedades cicatrizantes, reduce la coloración de las zonas de la piel que tienden a oscurecerse unificando el tono de la dermis. Como tiene antioxidantes una de las propiedades mas destacadas es que actúa como producto antiedad, ya que actúa frenando la acción de los radicales libres y evitando que la piel se oxide y aparezcan las arrugas. Por esta propiedades es empleada en la elaboración de productos cosméticos como nuestro bálsamo labial.
Otra forma de usar la cera es la elaboración de velas, estas desprenden un olor característico a miel. Por su procedencia y propiedades desprenden un halo místico formando parte de rituales para alcanzar el amor, la riqueza o la salud
